diciembre 2, 2024

Oración: combustible del llamado5 minutos de lectura

Imagina por un momento que tu vida depende de una llama: a veces débil, a veces fuerte, pero siempre encendida. Esa llama es el llamado de Dios, y el combustible que lo mantiene vivo es la oración. Aunque sabemos que la oración es esencial, es fácil que pase a un segundo plano en medio del ajetreo diario y las responsabilidades. Pero, ¿qué sería de nuestros líderes si dejaran de orar? ¿Qué sería de cualquier creyente sin esa conexión vital con el Creador?

La oración es el motor que impulsa a los líderes que quieren llevar a cabo los planes de Dios. No es solo un ritual o una rutina; es el momento donde se encuentran dos corazones: el nuestro y el de Dios. A lo largo de la historia, tanto en la Biblia como en los relatos de misioneros y líderes cristianos, la oración ha sido el canal donde nacen los milagros, la fortaleza y la claridad para enfrentar cada desafío.

La oración en los grandes líderes de la Biblia

Desde los tiempos antiguos, la Biblia nos habla de líderes que comprendieron el poder de la oración en su vida. Moisés, por ejemplo, no solo era el hombre a quien Dios habló a través de la zarza ardiente; era también un intercesor incansable por su pueblo. Cuando Israel cometía errores, Moisés corría a la presencia de Dios en oración, rogando por misericordia. En Éxodo 32:11-14, vemos cómo intercede por los israelitas y clama: “¿Por qué, Señor, habrá de encenderse tu ira contra tu pueblo…?” Su oración no solo logró detener la ira de Dios, sino que mostró el profundo amor de un líder dispuesto a cargar con las debilidades de su gente.

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Luego tenemos a David, el rey poeta y guerrero, quien derramaba su corazón en oración constantemente. En Salmo 5:3 dice: “De mañana escucharás mi voz, Señor; de mañana me presentaré ante ti y esperaré.” David entendía que su éxito, su sabiduría y su fortaleza no dependían de él, sino de su comunión con Dios. Para él, la oración era más que una disciplina; era su refugio y su fuente de paz.

La oración en el campo misionero

El poder de la oración en el liderazgo no es exclusivo de los tiempos bíblicos. A lo largo de la historia, hay testimonios de hombres y mujeres que experimentaron el mover de Dios en sus vidas a través de una oración constante. Uno de ellos fue George Müller, un líder cristiano alemán del siglo XIX que fundó varios orfanatos en Inglaterra sin tener ni un centavo en los bolsillos. ¿Cómo lo logró? Con oración, fe y más oración. Müller se propuso no pedir dinero a nadie; en cambio, pasaba horas orando y confiando en que Dios proveería. Y lo increíble es que Dios siempre proveyó. Él solía decir: “La oración es la llave de la mañana y el cerrojo de la noche”.

Otro testimonio impactante es el de Jim Elliot, un joven misionero norteamericano que dio su vida en 1956 mientras intentaba alcanzar a una tribu no contactada en Ecuador, los huaorani. Elliot y su equipo sabían que su misión era peligrosa y se prepararon espiritualmente durante meses, orando con fervor y esperando en la voluntad de Dios. Antes de partir, Elliot escribió en su diario: “No me comprometo a que la vida sea fácil, sino a que sea eterna”. Su sacrificio no fue en vano, y su vida sigue siendo una inspiración para muchos. Años después, miembros de la tribu huaorani se entregaron a Cristo, una respuesta que comenzó en esas oraciones de fe.

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La oración en el liderazgo moderno

Hoy en día, líderes cristianos reconocen que la oración sigue siendo vital para guiar a sus comunidades y llevar adelante el mensaje de Cristo. Rick Warren, el autor de *Una Vida con Propósito*, enseña que “la oración no es una técnica, es una relación”. No se trata de palabras elegantes o de fórmulas específicas; se trata de una conversación honesta y constante con Dios. Warren ha compartido en muchas de sus enseñanzas que la oración es lo que le ha permitido escuchar la voz de Dios en decisiones críticas para su ministerio. La Alianza Evangélica Mundial incluso ha realizado estudios que muestran que los líderes que dedican tiempo a la oración tienen un impacto más profundo en sus comunidades y ministerios.

Una llama que necesita combustible

La oración es el combustible que mantiene viva la llama del llamado de Dios en nosotros. Sin ella, nuestra pasión puede apagarse, nuestros sueños se vuelven confusos y nuestro propósito pierde claridad. Los líderes de ayer y de hoy saben que, sin la oración, sus fuerzas y capacidades son limitadas. Pero cuando ponemos cada día, cada decisión y cada carga en manos de Dios, encontramos en la oración la fuerza que nos impulsa y la paz que nos sostiene.

Quizás te encuentres en una etapa donde el liderazgo se siente pesado o la dirección es incierta. En esos momentos, recuerda los ejemplos de Moisés, David, George Müller y Jim Elliot. Ellos sabían que Dios escucha y responde, que Él es el que provee y da fuerzas. La oración es el canal donde Dios llena nuestro espíritu de amor, de poder y de una fe que no se apaga. Que esa sea la llama que te impulse a vivir y liderar como Él lo ha planeado.

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